Las Calles de Arena, de Paco Roca


Si puedes elegir entre vivir en la Tierra o vivir en la Luna elige siempre la Luna. Esto me recuerda a algo que leí una vez en un libro de Murakami, decía así:
"Si te encuentras con que debes elegir entre una cosa que tiene forma y otra que no la tiene, elige siempre la que no la tiene". Y esto es valiente. Porque casi siempre preferimos pájaro en mano que ciento volando, y eso no es divertido. (Probablemente el pájaro más divertido esté entre esos cien que vuelan alto y no necesariamente en el que reposa en tu mano como si nada).

Cambia de calle, párate en cada puerta y presta atención a cada persona que te encuentre (seguramente te habrá encontrado por algo); disfruta de la lluvia porque puede que pasen 40 días y 40 noches sin que vuelva a caer una gota; presta atención a tus sueños y no descuides todo eso que deseas; escríbele todo aquéllo que quieras que sepa, ... (etc., etc., etc.)

Me tranquiliza una cosa, y es que, con el paso del tiempo, sólo permanece lo esencial. El resto, probablemente, no importa tanto como creías. Todo cambia, todo muere y todo vuelve a nacer. Y no puedo evitar emocionarme al ver esa primera página que ha compuesto Paco Roca al principio del libro, en la que un ouróboros reposa hábilmente sobre un diálogo extraído de Alicia en el País de las Maravillas.

Y es que, sin querer, me parece que nunca salgo de mi cinta de Möbius. Siempre retorno al punto de partida; y, por las noches, me siguen desvelando todos esos temas que me preocupaban a los 18... Y tampoco es casualidad (¿o sí?) que la imagen del barrio lloviendo con todos esos tejados que suben y bajan me recuerde a la imagen de las escaleras imposibles de Escher...

Al final nos acercamos a lo que somos. Nos echamos de menos y nos buscamos, y queremos reflejarnos en todos esos espejos que encontramos; ya sea leyendo a Lewis Carroll o con el Libro de Arena de Borges; siguiendo el camino eterno de las hormigas de Escher o fascinándonos (una vez más) con la imagen de la serpiente mágica y circular. Da igual, porque al final lo único que buscamos en ellos es el reflejo de lo que tenemos dentro. Y me gusta que un autor español me haya hecho sentir estas cosas. Y me gusta todavía más que haya sido a través del cómic, porque es un formato con el que nunca he estado familiarizada pero que, de repente, no para de sorprenderme.

Luka

pd. La Luna puede ser un lugar maravilloso. Sólo tienes que dejarte llevar.



(La cinta de Möbius, ESCHER)


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