Marina Abramovic , en LA FABRICA
“Aunque el éxtasis nos trae el gozo, la debilidad de nuestra naturaleza al principio nos asusta y necesitamos ser resolutivos y valientes de alma… Ocasionalmente he podido resistirme, pero a coste de un gran agotamiento, por lo que luego me sentiría como si hubiera estado luchando con un gigante poderoso.
Otras veces, la resistencia ha sido imposible: mi alma se ha ido, es más, como una norma mi cabeza tampoco sin mí puede evitarlo; a veces mi cuerpo entero ha estado influido hasta el punto de ser elevado desde el suelo. Parecía que cuando intentaba resistirme una gran fuerza me levantara. Confieso que me metía de lleno un gran miedo, un gran miedo es más al principio: viendo un cuerpo que se eleva de la tierra, aunque el espíritu se detiene (con gran dulzura como sin resistencia), los sentidos no se pierden; al fin era tanto yo como poder ver que estaba siendo elevada… Después el éxtasis se terminó, Tengo que decir que mi cuerpo parecía a menudo flotar, como si todo el peso hubiera ido, tanto que de vez en cuando apenas supe que mis pies tocaban el suelo…”
(palabras de Santa Teresa sobre sus experiencias de levitación)
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